Los seres humanos tendemos a acumular ropa y objetos por si más adelante nos hacen falta o porque les otorgamos un valor sentimental elevado. Pero lo cierto es que muchas veces nunca llegamos a necesitarlos ni a volverlos a usar, propiciando así lugares asfixiados. Cuando nos deshacemos de ellos y hacemos vacío, nos invade una sensación de bienestar y libertad.
“El Feng Shui propone crear vacío en cada cambio de estación, aunque si lo haces una sola vez al año en profundidad, puede ser suficiente”
En un lugar caótico la energía se queda estancada o circula con dificultad. Al vaciar estamos ayudando a que el Chi fluya correctamente y te aporte lo que deseas
Escoge el mejor día para empezar
Piensa que para vaciar se necesita tiempo. Así que es importante escoger fechas en las que te puedas dedicar plenamente para no dejar las tareas a medias. Ponte objetivos que puedas alcanzar y reparte las estancias en varias jornadas.
¿Por dónde comenzar?
Te aconsejo que empieces por la estancia más retirada de la puerta principal y que vayas marcándote la ruta que tú desees. Ten en cuenta que en las habitaciones y en la cocina necesitarás más tiempo que en el salón o en los aseos…
Prepárate para vaciar
Necesitarás dos bolsas grandes, una caja y una superficie para ir dejando la ropa y los objetos que vayas sacando de los armarios y cajones.
Utiliza una de las bolsas para desechar todo aquello que esté en mal estado y la otra para donar aquello que todavía puede utilizarse, pero que ya no necesitas.
Introduce en la caja aquellos objetos y ropa que ya no utilizas, pero que te cuesta desprenderte. Ciérrala y escribe en el exterior la fecha de cierre y la misma fecha pero dentro de un año. ¡No la abras! No necesitas nada de lo que contiene. Cuando pase el año, puedes deshacerte de ella. Repito: ¡no la abras!
Utiliza la superficie para ir apoyando y clasificando todos los objetos y enseres que saques de los armarios, cajones y muebles.
1, 2 3… ¡A vaciar!
Primeramente localiza todo aquello que esté en mal estado o que no uses. ¡Tampoco conserves los objetos que no te aporten nada! Introdúcelos en las bolsas y en la caja del año. Anota los objetos que necesitas reponer porque, aunque sí que los usas frecuentemente, están en mal estado.
¡No te olvides!
Revisa de manera periódica tu casa. Una vez has vaciado y ordenado, intenta mantener así los espacios. ¡Ah! ¡Y cuidado con los regalos! No siempre nos agradan ni nos son de utilidad, pero tendemos a guardarlos. Si no te gusta, ¡no te lo quedes!
También acuérdate de “no acumular”. Colecciones y objetos repetidos o en mal estado son habituales en muchos hogares. Si no quieres desprenderte de una colección, asegúrate de darle un espacio adecuado, donde esté bien ordenada y sea fácil mantener su limpieza. Respecto a los objetos duplicados, solo uno de cada; y si alguno está dañado, reponlo para poder seguir usándolo.